"SEMBLANZA COFRADE
A principios de febrero, vino el
Hermano Mayor de la “Borriquita” a mi casa y me dijo que escribiera algo sobre
la historia y vivencias mías en la Hermandad.
Han pasado unos cuantos de años,
desde la creación de nuestra Hermandad, pero recuerdo muy bien como fueron
aquellos acontecimientos y como unos cuantos de jóvenes inconscientes del
esfuerzo que suponía la creación de una nueva Hermandad, “pero la juventud es poder y poder es querer”, así que os voy a
relatar cómo sucedieron los hechos.
En esta pequeña semblanza
histórica voy a prescindir de las fechas. Solo quiero contar el espíritu que
vivimos este grupo de amigos.
Mi nombre es Miguel Benítez
Álvarez, “Miguel el de la Candelaria”.
Soy el Hermano número uno de la Hermandad, no por mérito mío, porque este
puesto lo podía haber poseído cualquiera de mis amigos, como: Enrique, Nuñez,
Emilio, etc., cualquiera de ellos podría haber sido merecedor de él, pero
decidieron que sería yo quien ostentara dicho honor. Pero repito, que no es por
mi mérito. Quizás fuera mi antorcha la que encendió el fuego en mis amigos y
ese fue el detonante.
Para ser fiel a la historia, paso
a contaros cómo se gestó y cómo se culmino que una nueva cofradía, bajo la
advocación de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y San Juan de la Palma,
procesionara en Los Palacios.
Siempre que iba a la Iglesia y
veía a San Juan me daba cierta tristeza, porque ya no procesionaba. Recordaba,
cómo siendo niño ese paso, concretamente, tenía una gran participación de los
chiquillos, motivado porque pedíamos por las casas flor de jarro para adornar
el paso que era pequeño y austero, pero no sé que tenía esa imagen que me
gustaba. Así que un día comenté a mis amigos que sería bueno potenciar de nuevo
la salida de San Juan. Creo que el Espíritu Santo se valió del “Apóstol
querido” de Jesús para que se fraguara la Hermandad de la “Borriquita”.
Nuestra concordancia con el
párroco D. Antonio Sánchez Ramírez era muy buena, pues teníamos un pequeño coro
que cantábamos en algunas funciones, así que las entradas y salidas de la
Iglesia eran para nosotros muy habituales, de forma que con el cura nos unía
una amistad, por lo que al proponerle de que saliera San Juan de nuevo no nos
causara problemas ya que nuestra relación con él era muy fluida.
Un día, estando en el porche de
la Iglesia, hablando con D. Antonio, le propusimos sacar a San Juan. El cura
nos escuchó y le pareció bien la idea.
Fue en esa reunión dónde el
Espíritu Santo intervino, pues en la conversación surgió el que si se creaba la
Hermandad de la “Borriquita” podría procesionar también San Juan. No sé si fue
D. Antonio quien habló de ello o alguno de los del grupo que estábamos allí, lo
que sí sé es que aquello de crear la Hermandad de la “Borriquita” fue para
nosotros una luz que se encendió en el grupo y todos dijimos que sí, que nos
comprometíamos a formar la nueva Hermandad. Al párroco le gustó pero nos dijo
que había que trabajar mucho, que no era fácil y que el compromiso era grande
ya que partíamos de cero. Pero eso no nos hizo cambiar, el solo hecho de pensar
que Los Palacios podría tener el Domingo de Ramos su procesión de la
“Borriquita” acompañada de San Juan, nos hizo tomar esa idea y llevarla a la
práctica, porque era una pena que muchos palaciegos se iban a Utrera, Dos
Hermanas y Sevilla a ver la procesión ya que en nuestro pueblo no existía dicha
Hermandad.
Esta parte que os cuento es el
sueño de la creación de la Hermandad, pero acto seguido vino nuestra realidad.
Pensándolo bien, todos estábamos estudiando, dinero teníamos “lo justito para
poder ir tirando…” pero para comprar una imagen, eso se salía de nuestro
presupuesto, pero ni eso nos echó para detrás. Nos dedicamos a ir por las
escuelas captando niños que quisieran ser Hermanos de la “Borriquita”, se hicieron
festivales flamencos, se vendieron papeletas de Navidad, fuimos a Sevilla a
contratar al “Pali”, que estaba en su momento más alto, hicimos mil cosas para
recaudar fondos. También viajamos por varios pueblos de la provincia buscando
por las Iglesias dónde había talla de la “Borriquita” para verla y asesorarnos.
Todo eso lo hicimos con muchas ganas y alegría porque todos teníamos es mismo
espíritu de crear la Hermandad.
Gracia a D. Antonio, el párroco,
que nos dijo que comenzáramos a hablar con un escultor que había hecho algunos
trabajos en la parroquia, así que nos fuimos a Sevilla a conocerlo y a hablar
con él. Nos recibió muy bien y desde el mismo momento que le planteamos el tema
nos dijo que sí, que haría la talla. Pero cuando llego la hora de hablar de
precio, fue un alivio para nosotros porque nos dijo que podíamos pagar poco a
poco. Gracias a esos festivales, la lotería y el incremento de algunos
Hermanos, la imagen se pagó con trabajo, pero se pagó. Lo que más me gustaba
era ir a la casa del escultor y ver cómo iba tomando forma nuestra idea. Y ver
esa evolución nos daba fuerzas para sobrellevar cualquier contratiempo.
No puedo cerrar esta semblanza
sin hacer una mención a Fernando González Camacho, nuestro Hermano Mayor. ¿Por
qué se eligió a Fernando y no a uno del grupo? La razón estaba en que queríamos
que fuera alguien mayor que nosotros. Estuvimos barajando varias personas del
pueblo pero el perfil que nosotros queríamos para nuestra Hermandad lo vimos en
Fernando. No nos equivocamos, pues los años que estuvo de Hermano Mayor luchó
por la Hermandad y nos ayudó, no sólo él, sino toda su familia.
La imagen está ya terminada y
todo previsto para que pudiera procesionar ese año por las calles del pueblo.
La expectación era grande en el ambiente cofrade y fuera de él. Digo esto,
porque hubo un despliegue de medios, concretamente un programa regional, que se
llamaba “Telesur”, retransmitió la salida porque era noticia la creación de una
nueva Hermandad. Así que cuando se abrieron las puertas de la Parroquia para
salir la “Borriquita” con Jesús y San Juan, que tanto esfuerzo nos había
costado, todo desapareció, el cansancio, los miedos, etc. Al ver el porche y
las calles de los alrededores lleno de gente, los niños disfrutando y los
padres con sus hijos pequeños cogidos en brazos… En fin, como se suele decir,
“el pueblo echado a la calle”. Nos miramos los unos a los otros y nos dijimos:
“ha merecido la pena el esfuerzo”, porque nuestro pueblo se merecía esta
procesión que se funda para la Gloria de Dios, para la Iglesia y para el
pueblo. Porque siempre digo y diré, ni los fundadores ni los que vinieran
después ni los que vendrán, son dueños de nada, eso es un patrimonio de la
Iglesia y para la Iglesia, que irá de generación en generación, y cada Junta de
Gobierno, la labor que le tiene que mover siempre es engrandecer la Hermandad,
no solo a nivel estético, sino a nivel espiritual, con eucaristías, actos
penitenciales y obras de caridad.
Cada Junta tiene su momento de
esplendor y su momento de cambio. No es bueno el asentamiento de Hermanos
Mayores año tras año, porque la inercia y la frescura la tiene la juventud. Si
hay cansancio hay que dar paso siempre, exigiendo que la nueva Junta y su
Hermano Mayor, a la cabeza, procesionen con la dignidad que Jesús y su Santa
Madre la Virgen, en cualquiera de sus advocaciones, se merecen dentro de la
Iglesia o en procesión.
Les doy las gracias a todas las
Juntas de Gobierno, desde la primera que la fundó, pasando por las que la
secundaron y por la actual. Gracias a aquella semilla que nuestro grupo sembró
y que con el riego de vuestro esfuerzo hoy podemos decir que nuestra Hermandad
es una Hermandad de dignidad y categoría comparable con cualquiera que
procesione en la provincia.
Gracias a todos por vuestro
esfuerzo, que sé que también fue y es grande. Que Nuestro Padre Jesús en su
Entrada Triunfal en Jerusalén, San Juan de la Palma y Nuestra Señora de los
Ángeles os colme de salud y bendiciones
Los Palacios y
Villafranca a 7 de febrero de 2014"